Una de las especies más conocidas es la Selaginella martensii, de tallos erectos, de hasta 30 cm de altura. Posee una espesa masa de brillante follaje que se arquea o curva en la punta. Para que puedan prosperar de manera vigorosa necesitan estar siempre húmedas.
Selaginella martensii
Las Selaginellas son especiales para formar parte de jardines en una botella o para los terrarios, donde la humedad que necesitan se mantiene, pero también pueden crecer perfectamente en macetas.
Para estas plantas es esencial que la atmósfera esté de forma permanente lo más húmeda posible; para ello, se debe colocar la maceta sobre una bandeja de piedrecillas mojadas. Además hay que rociarla con agua al menos una vez al día, especialmente cuando las temperaturas son superiores a los 21ºC; utilizando sólo agua templada, ya que el agua fría puede causarle importante daños. Estas plantas no soportan la cal, así que es mejor utilizar agua blanda; hirviendo el agua dura y añadiéndole luego un pequeño chorrito de vinagre. Se deben mantener en un sitio sombrío y alejadas de sol y de las corrientes de aire.
Las Selaginellas requieren muy poco abono, pero es aconsejable añadir unas gotitas de fertilizante líquido muy suave al agua de riego, cada dos o tres semanas (utilizar una cuarta parte de la cantidad recomendada en la etiqueta del producto. Se trasplanta cada dos años, utilizando recipientes poco profundos y con un buen drenaje, rellenos de compost no calizo, con base de turba. Los cuidados durante el invierno son prácticamente iguales a los del resto del año. La temperatura debe oscilar alrededor de los 18ºC, mejor si son superiores. No requiere podas, pero si algún recorte en la punta de los tallos para mantenerla con una forma redondeada. Se puede propagar en primavera por medio de esquejes de 5-8 cm de largo. Las matas también se pueden dividir y obtener con ello varias plantitas.
Selaginella kraussiana
Estamos ante una planta de crecimiento excepcionalmente rápido. Es originaria de África occidental. De crecimiento rastrero, posee delicados tallos delgados y planos que desarrollan raíces a medida que se ramifican, formando una densa y compacta mata. Si la humedad es escasa el follaje se rizará y adquirirá una tonalidad castaña. No hay que olvidar utilizar agua templada y libre de cal para el riego.
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