EL JARDÍN DEL CEMENTERIO
Básicamente existen dos tipos de culturas, las que incineran a sus muertos y las que los entierran. El enterrar a los muertos siempre va asociada a crear entorno a ellos un espacio agradable, acogedor o benéfico. Algunos pueblos los entierran en lugares sacros o incluso en culturas muy antiguas en el interior de las propias casas pero sobre todo en lugares al aire libre rodeados de vegetación.
Muchas tumbas de la época clásica eran rodeadas de jardines plantados ex profeso. Así ocurría con los mausoleos de héroes griegos o los enterramientos romanos como el del emperador Augusto. Estos mausoleos eran pensados para estar en medio de vegetación y árboles especialmente plantados para embellecer el lugar y para ser visitados en recuerdo del muerto. Platón funda su Academia en un jardín donde ya existía uno anterior donde estaba enterrado Academos.
La cultura árabe y la musulmana por extensión tiene especial cuidado en sus cementerios. En la época califal de Córdoba y de otros reinos del sur de España hallamos verdaderos jardines donde se encuentran las tumbas de poetas y notables donde se combina su aspecto lúdico de ocio con el funerario. También en la otra parte del Mediterráneo encontramos este mismo modelo en cementerios de Turquía o de Irán.
En esta misma línea destacaría el cementerio de la ciudad de Sucre en Bolivia donde el parque ciudadano por excelencia es el cementerio. Es un lugar donde los niños juegan, los adolescentes van a la salida de clase, los jóvenes hacen arrumacos y las vecinas van a pasar la tarde rodeados del verde del parque y los alicatados de las tumbas y nichos protegidos por toldos.
En la Europa no mediterránea donde el césped y la vegetación no son fáciles de mantener hallamos esos cementerios de tumbas rodeadas de tapices verdes y árboles que nos recuerdan los paisajes románticos. Este modelo se exportó a los EEUU y es la imagen "cinematográfica" que tenemos de cementerios con céspedes cuidados.
En nuestra Europa mediterránea no abunda tanto el verde ya que cuesta mantenerlo, se compensa con tumbas y panteones en los que la arquitectura y sobretodo la escultura tienen un puesto principal. Ejemplos de estos cementerios de arte son los italianos, algunos de ellos muy famosos como el de Génova.
En este mes que se abría con la festividad de los difuntos tenia que existir un apunte dedicado a los jardines vinculados a los difuntos. Como ilustración he escogido unas imágenes de cementerio de Canet de Mar. Los cementerios de los pueblos son lugares más entrañables que los fríos nichos de los cementerios multitudinarios de una gran ciudad alejados de las vidas de los familiares de los difuntos y muchas veces hasta inseguros para visitarlos regularmente.
En las imágenes de Canet podemos ver una entrada con una estética muy moderna donde destaca el ciprés, árbol asociado a los campos santos Una segunda imagen evoca un jardín más al uso con adornos de balaustradas, bancos donde sentarse, etc. La tercera imagen es un ejemplo de que las casas de los muertos dicen mucho de los vivos o de la historia de la población donde están. En este caso es el panteón de la familia Busquets, familia importante del pueblo que se hizo construir un panteón al igual que muchos de las ricas familias de un pueblo próspero del Maresme. El Panteón de la familia Busquets es obra del arquitecto Ferrer y Puig y de Jujol como realizador de la ornamentación escultórica
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