UN JARDIN DE LAS HESPÉRIDES EN BARCELONA
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El jardín de las Hespérides es un jardín mitológico situado en unas islas del Atlántico cercanas a África, en la fabulosa Atlántica. En este jardín las Hespérides, Eglé, Aretusa y Hesperia guardaban junto con el dragón Ladon, las manzanas de oro que Gea regaló a Hera al casarse con Zeus. La leyenda culmina con el robo de las frutas por parte de Hércules quien así cumplía su trabajo numero once.
Este paisaje imaginario ha sido fuente de inspiración a la hora de crear u ornamentar jardines. Uno de los últimos que recuerdo es el de Valencia, a espaldas del Jardín Botánico, a mi parecer una joya de sensibilidad y estética que recomiendo visitar.
Barcelona también tuvo un Jardín de las Hespérides. Estuvo en la finca de la familia Güell, parte de la cual es el actual Palacio de Pedralbes.
Joan Güell adquirió varias fincas de cultivo en la zona de Les Corts de Barcelona. En estas fincas construyó un palacio y un jardín alrededor manteniendo la producción agrícola en buena parte del resto. Más tarde Eusebio Güell transformó este parque en el Jardín de las Hespérides. El nombre del jardín fue un homenaje a su suegro, Antonio López, Marqués de Comillas quien tuvo a su servicio como capellán a Jacint Verdaguer, autor del poema “La Atlántida”.
Con posterioridad a su muerte la finca fue dividida. En 1921, uno de sus descendientes Antoni Güell, entonces alcalde de Barcelona, propició que Barcelona tuviera un nuevo palacio real que sustituyera al anteriormente existente en la actual Plaza Palacio que se había incendiado. Para ello y para animar a los barceloneses cedió su palacio de Pedralbes y su jardín. Fueron unas dependencias reales efímeras que creo que apenas se llegaron a usar como tales pasando a ser más adelante parque público adoptando su aspecto actual por la mano de Nicolau Rubió i Tudurí. Pero eso ya es otra historia.
De la época en que fue Jardín de las Hespérides quedan restos en el parque actual. Gaudí dejó su huella en ese jardín realizado el umbráculo y una fuente. También de ese momento es un estanque rectangular que era el depósito para regar el jardín o la huerta.
Este es un jardín para el recuerdo del que afortunadamente no podemos decir que haya desaparecido del todo.
Este paisaje imaginario ha sido fuente de inspiración a la hora de crear u ornamentar jardines. Uno de los últimos que recuerdo es el de Valencia, a espaldas del Jardín Botánico, a mi parecer una joya de sensibilidad y estética que recomiendo visitar.
Barcelona también tuvo un Jardín de las Hespérides. Estuvo en la finca de la familia Güell, parte de la cual es el actual Palacio de Pedralbes.
Joan Güell adquirió varias fincas de cultivo en la zona de Les Corts de Barcelona. En estas fincas construyó un palacio y un jardín alrededor manteniendo la producción agrícola en buena parte del resto. Más tarde Eusebio Güell transformó este parque en el Jardín de las Hespérides. El nombre del jardín fue un homenaje a su suegro, Antonio López, Marqués de Comillas quien tuvo a su servicio como capellán a Jacint Verdaguer, autor del poema “La Atlántida”.
Con posterioridad a su muerte la finca fue dividida. En 1921, uno de sus descendientes Antoni Güell, entonces alcalde de Barcelona, propició que Barcelona tuviera un nuevo palacio real que sustituyera al anteriormente existente en la actual Plaza Palacio que se había incendiado. Para ello y para animar a los barceloneses cedió su palacio de Pedralbes y su jardín. Fueron unas dependencias reales efímeras que creo que apenas se llegaron a usar como tales pasando a ser más adelante parque público adoptando su aspecto actual por la mano de Nicolau Rubió i Tudurí. Pero eso ya es otra historia.
De la época en que fue Jardín de las Hespérides quedan restos en el parque actual. Gaudí dejó su huella en ese jardín realizado el umbráculo y una fuente. También de ese momento es un estanque rectangular que era el depósito para regar el jardín o la huerta.
Este es un jardín para el recuerdo del que afortunadamente no podemos decir que haya desaparecido del todo.
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