Consejos para un buen trasplante
Con el trasplante aseguramos a nuestros ejemplares un crecimiento sano y vigoroso, ya que dispondrá de espacio suficiente para crecer y de los nutrientes necesarios para afrontar la estación de desarrollo.
Es imprescindible usar un buen sustrato para ayudar al crecimiento del ejemplar; en los establecimientos del ramo podemos encontrar sustratos propios para el trasplante, que aportan abono de efecto retardado con un factor enraizante que estimula el crecimiento.
Hay que tener en cuenta que existen especies de plantas que requieren de un sustrato especial, como sucede con las Orquídeas, Azaleas, Cactus, etc.
Para aprovechar la labor del trasplante que puede ensuciar bastante, es mejor hacerlo en todas las plantas a la vez. En el caso que se realice en plantas con macetas de tamaño manejable es preferible hacerlo sobre una mesa que en el suelo, simplemente se deberá cubrir convenientemente con un plástico para no estropearla.
Aunque el trasplante se realice en primavera cuando las temperaturas son más suaves, hay que evitar que las raíces pasen frío, ni tampoco un calor excesivo durante la operación de traspaso del recipiente viejo al nuevo.
Con el proceso del trasplante se consigue que el ejemplar trasplantado reemprenda vigorosamente su desarrollo, pero es un momento delicado para las raíces, por lo que es preciso manejarlas con cuidado.
Para aprovechar la labor del trasplante que puede ensuciar bastante, es mejor hacerlo en todas las plantas a la vez. En el caso que se realice en plantas con macetas de tamaño manejable es preferible hacerlo sobre una mesa que en el suelo, simplemente se deberá cubrir convenientemente con un plástico para no estropearla.
Aunque el trasplante se realice en primavera cuando las temperaturas son más suaves, hay que evitar que las raíces pasen frío, ni tampoco un calor excesivo durante la operación de traspaso del recipiente viejo al nuevo.
Con el proceso del trasplante se consigue que el ejemplar trasplantado reemprenda vigorosamente su desarrollo, pero es un momento delicado para las raíces, por lo que es preciso manejarlas con cuidado.
- Si el cepellón está muy pegado a las paredes de la maceta será necesario pasar un cuchillo alrededor de la tierra.
- Hay que desenredar con los dedos las raíces que estén muy comprimidas o enmarañadas, de esta forma quedarán mejor envueltas en el sustrato.
- Es necesario cortar las raíces que tengan aspecto de estar enfermas, se notan por su color amarronado o negruzco.
- Además de cambiar el contenedor, es necesario cambiar el sustrato viejo por uno nuevo que aportará beneficiosos nutrientes.
- Con el alimento que tiene el sustrato nuevo será suficiente para la planta recién trasplantada hasta pasados dos meses, por lo que no necesitará ser abonada durante ese periodo.
- Las plantas recién compradas no siempre necesitan ser trasplantadas, sólo hay que hacerlo si el cepellón está totalmente cubierto de raíces.
- Las plantas durante la floración o en pleno crecimiento activo no se deben trasplantar, podría interrumpir su desarrollo y limitar la producción de flores.
- Si vamos a utilizar tiestos de barro es preferible dejarlos durante unas horas sumergidos en agua, así no absorberá el agua de riego.
- Si el nuevo contenedor no tiene agujero de drenaje habrá que efectuarle uno, para que pueda salir el agua sobrante del riego.
- Para mejorar el drenaje y que el agua no se estanque y pudra las raíces se puede añadir en el fondo de la maceta una fina capa de gravilla o trozos de tiesto.
- El tamaño del contenedor nuevo si importa, sólo deberá ser 1cm mayor que el anterior, 2cm como máximo, o crecerán más las raíces que la parte aérea.
- En el caso de que las macetas viejas se reutilicen, hay que lavarlas a fondo con agua jabonosa, incluso añadiendo unas cuantas gotas de lejía.
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